La noción de número y contar ha acompañado a la humanidad desde
la prehistoria. Como todo conocimiento desarrollado por el
hombre primitivo, la causa para que el ser humano emprendiera
sus pasos en el contar y plasmar cantidades surgió
fundamentalmente de la necesidad de adaptarse al medio ambiente,
proteger sus bienes y distinguir los ciclos de la naturaleza
pues ya percibían y observaban con cuidado los ritmos que ésta
posee y su fina relación con las oportunidades de alimentación
y, en general, con la conservación de la vida, entre otros.
Cabe resaltar que el ser humano es incapaz de percibir, en forma
directa e inmediata, los grupos mayores a 4 objetos sin un
aprendizaje previo; motivo que hace indiscutible que para el
hombre este conocimiento era completamente necesario e
imprescindible a favor de su supervivencia.
La razón para que actualmente se utilice un sistema decimal, se
deriva principalmente de que el ser humano necesitó hacer una
representación simbólica del conteo con su propio cuerpo, y para
ello se valió básicamente de los 10 dedos de las manos y aunque
éste no fue el único sistema utilizado por la humanidad sí fue
el más difundido.
A medida que el ser humano fue evolucionando, le fue urgente
el comenzar a representar las cantidades en forma de dibujos,
para seguir en forma precisa los ciclos de la naturaleza, dejar
mensajes a sus semejantes o para seguir con la contabilización
de sus posesiones que rebasaban la cantidad de 10.
Hasta ese momento el hombre plasmaba en dibujos su forma de
vida, los peligros que corrían, cómo era su entorno, las
posesiones que tenía, etc. Y las cantidades comenzaron también a
plasmarse en símbolos iguales que se limitaban a contar hasta
llegar al número que se quería plasmar.
Surgió entonces la representación pictórica de los números, los
cuales consistían en una consecución de líneas o puntos
consecutivos. Un sistema que para contabilizar hacía muy difícil
la lectura rápida de los números, a diferencia de los grabados
que se referían a los objetos que estaban representando. Por
ende, comenzaron a separar las líneas en grupos de diez. Sin
embargo, la contabilización seguía siendo de difícil lectura.
Es aquí donde la evolución de la escritura comienza a tener una
relevancia en la historia de los números. Con el paso del
tiempo, los dibujos o grabados en las cavernas, aquellas que
conocemos como las primeras escrituras, pasaron de ser una
simple representación del objeto (pictograma) para convertirse
también en ideogramas; es decir, que los símbolos pasaron a
tener significados más profundos que correspondían a las ideas y
cualidades asociadas al objeto representado.
Sin embargo, la escritura, que aquí ya estaba evolucionando para
contener significados más amplios aún no tenía asociado un
sonido determinado; es decir, sí podía ser nombrada
fonéticamente mas ninguno de los símbolos representaba letra
alguna, únicamente representaban la idea o el objeto en sí.
De esta manera los primeros sistemas de escritura fueron de
carácter pictográfico, ideográfico o una combinación de los dos.
Entre estos sistemas de representación podemos encontrar los
jeroglíficos egipcios, los símbolos de la escritura japonesa y
china, la escritura maya, la escritura azteca y la escritura
cuneiforme de los semitas, entre otros.
Cabe anotar que las limitaciones para realizar operaciones
matemáticas con esta forma de representación numérica hacían que
fuesen pocos los que pudiesen profundizar en este conocimiento;
razón por la que este saber estaba en manos de los sacerdotes de
todas las culturas hasta entonces conocidas. Dilema que fue
resuelto siglos después gracias a la idea que en la India ,
desde hace 2.200 años aproximadamente, habían implementado. El sistema de símbolos que actualmente conocemos fue
desarrollado por los hindúes en el que el uno lo representaban
como 1; el dos, 2; el tres, 3; el cuatro, 4; cinco, 5; el seis,
6; el siete, 7; el ocho, 8 y el nueve.
"Contar es establecer una correspondencia entre el sonido de los números naturales, y el orden en el que éstos aparecen"
Hay que tener
en cuenta que no se cuenta con un solo propósito, sino que se hace con varios
sentidos. Algunos de ellos son: comparar, ordenar, igualar, sumar y comunicar. El proceso de
contar es complejo ya que requiere:
- Conocer la serie numérica o parte de ella,
- Establecer la relación biunívoca uno a uno entre los elementos a contar y las palabras-número que se recitan
- Identificar el último término enunciado como representante de la cantidad.
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